Decálogo para vivir mejor
PRIORIZAR, SONREIR Y AGRADECER SON CLAVES PARA EL BIENESTAR INTEGRAL
En estos momentos de incertidumbre global está cobrando mucha relevancia la importancia de las destrezas en habilidades blandas como la gestión del estrés, la resolución de conflictos o la administración efectiva del tiempo. Algunas de estas herramientas esenciales para afrontar nuestro desempeño laboral o vital van asociadas al autocuidado, como la gestión del cambio o resiliencia, imprescindible para alcanzar el preciado bienestar integral.
“El autocuidado es todo aquello que haces para mantener o mejorar tu salud, con pequeñas acciones como caminar una hora al día, elegir productos frescos en la cesta de la compra o saber decir que no sin sentirte mal por ello. Y para ello es imprescindible el autoconocimiento. Si nos conocemos mejor sabremos reconocer nuestras fortalezas y limitaciones lo que nos permitirá admitir nuestros errores y empatizar con el otro, siendo mejores personas”, sostiene Diego Pulido Valero, Psicólogo Clínico, máster en psicología positiva.
“Cada persona es fruto de su pensamiento, emoción y conducta. Y cada sistema está interrelacionado con los otros. De modo que, si modificamos lo que hacemos, lo hará al unísono lo que pensamos o sentimos. Y el equilibrio y coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos es fundamental para nuestro bienestar emocional”.
Decálogo:
- Agradecer. Es muy útil llevar a cabo un diario de gratitud. Apuntar cada noche porqué he de estar agradecido hoy y sonreír por ello.
- Sentir. La vorágine del día a día nos impide disfrutar del olor de la lluvia, la caricia del agua de la ducha, o la voz agradable de alguien con quien te cruzas. Devolvámosles el protagonismo a nuestros sentidos.
- Respirar. Dedicar 5 minutos al día a respirar de forma profunda, conectando contigo mismo.
- Focalizar. Debemos entrenar la capacidad de fijarnos en los estímulos positivos ya que nuestra capacidad de atención es limitada. Y por cada pensamiento negativo debemos generar siete positivos para neutralizar su impacto en nuestro bienestar.
- Fijar. Trazarnos objetivos cortos es imprescindible para alcanzar nuestras metas, de forma medible y sin comparaciones.
- Identificar. Debemos detectar qué nos genera felicidad: el deporte, una excursión con amigos o pasear al perro y sacar tiempo para ello, disfrutándolo.
- Limitar. La autoexigencia es una herramienta de superación que en exceso nos bloquea. Reconocer nuestras fortalezas y trabajar en nuestras debilidades son la clave para alcanzar las metas sin perder nuestra salud por el camino.
- Priorizar. Listar por orden de urgencia aquello de lo que nos debemos ocuparnos y dejar de preocuparnos por un futuro que no podemos predecir.
- Dar. La generosidad se vuelve en una herramienta bidireccional. Vincularse con alguna acción social o practicar las buenas formas generan bienestar a nosotros mismos y a los que nos rodean.
10. Cuidar. Es nuestro deber principal cuidarnos a nosotros mismos y al planeta en el que vivimos. Y ese cuidado tiene un componente esencial que es el agua. Al nacer somos casi en un 70% agua, el mismo porcentaje de agua que cubre la superficie del planeta. Por ello es fundamental tomar conciencia de pequeñas acciones que, cambiando nuestro mundo interior y cotidiano, cambiará el mundo exterior que compartimos.